martes, 11 de diciembre de 2007

VALIS: DIONISOS RELOADED


SIVAINVI (Sigla de Sistema de Vasta Inteligencia Viva) nombre
tomado de un Film norteamericano. Perturbación del campo de
la realidad por el que se crea un vórtice negentrópico
autocontrolado y espontáneo que tiende progresivamente a
subsumir e incorporar su medio para transformarlo en
estructuras de información.



1_ Solo hay una Mente, pero en ella subsumidos dos principios contienden

6_ El Imperio nunca tuvo fin

12 _ Los Griegos conocieron al Inmortal como Dionisos, los Judíos como Elías, los Cristianos como Jesús. Cuando un huésped humano muere, él se traslada, de modo que no es nunca atrapado ni muerto…

13_Dijo Pascal: “toda la historia no es sino un hombre inmortal que aprende de continuo”. Se trata del Inmortal al que veneramos sin conocer su nombre. Vivió mucho tiempo atrás pero aún sigue vivo. El Apolo Capital está a punto de regresar. El nombre cambia.

22_Llamo plásmata al Inmortal, porque es un modo de energía, es información viviente Se duplica a sí mismo no a través de la información ni en información, sino como información

29_No caímos por causa de un error moral, caímos por causa de un error intelectual: el de considerar como real el mundo fenoménico. Por tanto, somos moralmente inocentes. Es el Imperio en sus múltiples disfraces el que nos dice que hemos pecado. El Imperio nunca tuvo fin.

30 _El mundo fenoménico no existe, es una hipóstasis de la información que procesa la Mente.

34_Perdimos la capacidad de leer el lenguaje de la Mente en alguna época primordial, nos han llegado leyendas de esta caída en un modo cuidadosamente redactado. Por “redactado” quiero decir falsificado. Sufrimos el desconsuelo de la mente y lo experimentamos inadecuadamente como culpa.

52_Pero por debajo de todos los nombres , hay un solo Hombre Inmortal; y nosotros somos ese hombre.

Tractates Cryptica Scriptura – Apéndice de Sivainvi
(Extracto)
Philip K. Dick

domingo, 25 de noviembre de 2007

FRAGMENTOS DE UN POEMA IMPOSIBLE





los ojos encendidos de una orfandad que hoy es la mía

padre estás volviendo a casa
padre estoy volviendo

padre qué nos has traído

de niño me asustaba pensarte solo y perdido
hoy que yo estoy
solo y perdido

quién soy padre rilkean heart san francisco
asís mismo tu hijo de corazón salvaje

debo nombrarte para aprender a perderte
debo nombrarte para aprender a ganarte

sigo buscando mis límites
qué nos cansamos de no decirnos
qué nos cansamos de no hablar

carga en tus brazos el niño que fui
yo sostengo ese cuerpo cansado
desde el hombre que hoy no está
cargo en mis brazos al niño que fuiste

en quién hablo cuando callas
padre color de ojos indescifrable


Javier Galarza.
http://morirenlaciudadyvivirenelintento.blogspot.com/


foto: Padre e hijo - Paco Espinoza

domingo, 4 de noviembre de 2007

Francisco "Paco" Urondo: AMOR Y REVOLUCIÓN


Carta abierta (fragmento)

Querida mía, esto que debió ser una conversación
serena o quieta, un reencuentro en un bar, como hacen
los amantes ya desavenidos; un lugar cualquiera bajo el sol,
cobijando del relámpago y el viento, un sitio
en el mundo para recibir una carta o conversar de algo
que, sin duda, siempre quise decirte
secretamente, sin testigos y que ahora se convierte
en una pública confesión, sin ninguna
intimidad. Una oda o una elegía, no
lo sé bien; palabras
con significados ciertos
o melancólicos, que representen nuestro destino
y hablen por nosotros y tiemblen antes de desaparecer.

Trepidaremos ligeramente frente a la sola fachada
del recuerdo, junto a los graznidos
inocentes, los graznidos impensados, los lindos
graznidos, los ásperos y filosos de la realidad.

Quería hablar a solas y solamente de nosotros. Admitir,
abrir la bondad; olvidar
por un momento que el orgullo bate
la mayoría de nuestros ademanes, incluidos
los miserables o los insignificantes. Ah mi viejo amor, hablar
de estas cosas es abrir una mano que hasta ese momento
era un puño; la mano se abre y los pájaros cubren
el cielo y el horizonte; una pluma
cae muy cerca nuestro y con alguna tristeza vemos
que algo se aleja, algo que guardábamos
en la mano cerrada, un pájaro que vuela y cubre
el espacio. Ya no hay razones para crisparse. Se quiere quejar
la mano vacía, quiere oír
y solamente la soledad la arrastra y la conmueve.
Quería poner las cosas en su lugar; hay un espacio
para cada cosa, una palabra para cada temblor, una disculpa
desencadenando toda arbitrariedad: el temor
ha proferido; ha dado aliento a la traición, pábulo
a la maravilla: tristeza
y rencor por un sueño, un gesto cálido y perdido.

Querida mía: soy un hombre que te pierde.

Así, esta carta puede ser muy bien una despedida
o una invitación para que abras ese calor que he conocido
a tu lado; esa promesa; ese amago. Es hora de tomar
decisiones; es una hora sin seducción: estamos a punto de
viajar; será
una partida en la que –a lo mejor- uno se despide del otro;
un viaje
en el que nos despediremos de muchas cosas; empezaremos
de nuevo juntos o alejados: el mar, el cielo
bajo, la condescendencia, el horror y los pozos
del aire y otros peligros
del amor húmedo y sin aire que nos secunda; este horizonte
todavía sin vida, que sólo nos espera
para vivir; esta tormenta
de verano que –por suerte- terminará por perdernos.



La verdad es la única realidad

Del otro lado de la reja está la realidad, de
este lado de la reja también está
la realidad; la única irreal
es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien
si pertenece al mundo de los vivos, al
mundo de los muertos, al mundo de las
fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o
de la producción.
Los sueños, sueños son; los recuerdos, aquel
cuerpo, ese vaso de vino, el amor y
las flaquezas del amor, por supuesto, forman
parte de la realidad; un disparo en
la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos,
aquellos
gritos irreales de dolor real de los torturados en
el ángelus eterno y siniestro en una brigada de policía
cualquiera
son parte de la memoria, no suponen necesariamente
el presente, pero pertenecen a la realidad. La única aparente
es la reja cuadriculando el cielo, el canto
perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz
fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo inmenso
cubriendo la Patagonia
porque las masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad,
como
la esperanza rescatada de la pólvora, de la inocencia
estival: son la realidad, como el coraje y la convalecencia
del miedo, ese aire que se resiste a volver después del peligro
como los designios de todo un pueblo que marcha
hacia la victoria
o hacia la muerte, que tropieza, que aprende a defenderse,
a rescatar lo suyo, su
realidad.
Aunque parezca a veces una mentira, la única
mentira no es siquiera la traición, es
simplemente una reja que no pertenece a la realidad.

Francisco Urondo.


Cárcel de Villa Devoto, abril de 1973.

miércoles, 3 de octubre de 2007

FULGOR DEL ÚLTIMO UMBRAL



William Blake - Hécate




Fallo perfecto

Como si fuera a morir en septiembre
mis teorías muero hoy
y vivo, sanguijuela roja.

Pulcro mosaico donde soy el fallo perfecto.

¿Vamos,
vampiro,
por las trampas?
Por los misterios
individuales: alfiles sin deriva que éramos.
Los misterios
-en uno-
que desesperamos sean.

Maltratarnos, océano primario.
Malnadar azules, amigo, si el instante.

Son, somos,
en tu risa con tu risa, cadalso.


(En cursivas Isaías Garde)


Pentesilea

Se ha hurtado el casco negro y el cabello se disuelve
y la atavía.
No hay tablero más exacto.
No hay otro laurel.

Algo dicta al arte tu partícula más inútil.

En la pequeña hora,
la espada lejos del amoroso vuelo,
Héctor ha de morir
tres veces
en torno a Ilión.



Getsemaní

La tensión del pie al acuñar su sandalia
su exquisita vanidad
una y otra vez
alienta el naufragio
en nuestras noches de Getsemaní


Señor de la batalla

en tu laberinto
quise quedarme
pero la altivez se traza con sangre

anduvimos por esquinas suburbias y hoy despierto a la carcoma
la lámpara desvía la plegaria
de una orden
de la pesadumbre

la camisa esculpe un vientre y sé que está vacío

duélenme los trinos que al alba convocan,
duéleme ese nombre que no es de pájaro ni de fauno

ahora el desierto:
llevaré otro trino, no el de hoy, sabiendo esta mañana,
espejo contiguo -eras espejo-
que ya no queda cosecha para morir con mérito



Isla de noche

Llora sobre el cuerpo de un animal dormido
y nadie espera en el jardín

Las arboledas hacen silencio a su paso
y los ciruelos envejecen
incapaz la noche de abrir el azahar ya partido

No llora la palabra
no llora el llanto no llora los dedos quietos no llora la piel de la tierra
no reconoce la risa ni la piedad de aquella noche

Nadie mira esta niebla que desanda los huesos, esta palabra
que tuerce la caída
el perenne calor del hierro y la furia
la estampida de los caballos
la cascada de los dioses en Islandia

(de Playa Köchel)



Natividad de mi hermano

el mutismo
el autista
la rabia
todas las promesas
la palabra que nunca dijo
ni dice

es la navidad
la natividad de mi hermano
el árbol que renace con sus muñequitos
la
piel cancerosa
el lirio ausente

jueguen los dioses al deleite
celebren
la noche pagana
mientras
inventamos un fresno druida
que apacigüe
esta túnica
final


tu espanto
la crisálida
el enorme cielo encendido
que nos desconoce


Texto incesante

del color insomne
dije
no nos pertenece

hilo de oro, el tobillo blanco, la túnica que desconozco
tu ojiva
criatura
los leopardos que mueren en la llanura
has visto
cuando la hiedra se enamora del cielo
y queríamos el cieloy la hiedra
dijo
que no existimos


tocame el pelo
y la cintura
enamorada del muro

los pájaros
que nos dicen
no
nunca
jamás nuestra mesa
el vino
la concesión
el texto incesante

(de Texto Incesante)




Don’t disturb

Ella absorta, hijo. Y vos, absorto. Y vos, en deuda. Y ella, en aventura ininteligible. Y las noches áridas, y el espejo que ni has sospechado cuando anunció que alumbraría a un monstruo. Y las calcinadas tardes del octavo mes, no has pensado en eso, hijo, hijo, padre. Has sabido de esa palabra, si padre. Sabemos de esa palabra, si también Pandora. Una sola vez mirame, antes de la barca y antes de la horca. Antes del cartel don't disturb.



Melodrama S. XIX

No te vayas, David, ni a la France. Una década ha pasado. Rommel sobrevivió. Simón sólo el instante, el mío. Todos estamos tristes y la montaña cae. Tuve un encuentro con el conde, dijo algo de Guillermina. Mientras bebía tu café traté de recordar la turquesa mar, pero hubo una vacilación del agua, eso que se siente al abrir los ojos después del insomnio, esa zanja espesa de herida pútrida y entonces cómo discernir.Me obligo a la teoría.
Me desentiendo así del suicidio. Y entonces, Gea, la que todo lo preside, habla de un orden.
De algo, fuera de tiempo.Oye, la arena silba. Silba. Oye. La arena.

(de Chacal de Noche)



Elfo

No protegeré el campo ajeno. Desvestiré sus cosechas, el fruto del ahorcado. Sabes, no importa ni la tierra ni tu resistencia ni la mandrágora. Tal vez la arqueología luego diga de nosotros que hemos sido el estrépito a deshora. Algo así como un elfo tutelar, el murmullo que desdice la anarquía, la soledad de una rama de olivo.Estoy construyendo tu verano para el mes más cruel.

Aria

Me despido; creo que un anatomista salvará la lluvia en estos cuencos. No la mirada; pertenece al silencio. Es el espacio entre los dedos para la copa de ámbar.Soy ese pacto sanguíneo pero jamás, jamás tendré el cuerpo y una pluma para firmar.He fallado.


(de Palimpsesto)

Patricia Damiano

Textos completos en Zoopat
http://patriciadamiano.blogspot.com/





sábado, 15 de septiembre de 2007

POESIA DISCORDANTE



El triunfo de la muerte

a Daniel Oesterreicher

mi amor murió y no en batalla
en helado lugar en argentina
sudada por la roña de tanta bala torcida
cuando abrían sus cuerpos los golpeados
y golpeaban sin vencer pateaban
contra el terror la vida
se volteaba
punzando las blancas espadas advirtiendo
la mosca en el hombro austero y asesino
mi amor se alzaba

cebada suerte loca entraña aguijón absurdo
me atan el pensar desamparan

en trelew, la maldita, en una carretera,
en alegre viaje, con viento y abedules,
entre amigos murió, sin ver la Parca.
la muy artera me ha ceñido la cintura
y doblegóme las fuerzas
es una burla atroz: no te hubieras reído

murga de sirenas y no hay batalla
en trelew

¿sin batalla, mi amor, contra el impacto?
¿hubo tu pierna tensa, un empujón, una ventana abierta,
las manos en la cara, un brusco girar,
hacia la banquina desierta? ¿un pestillo arrancado,
el viento en la nuca, una palabra a medias, el vigor
vencido, al filo del futuro? ¿un nudo blanco,
tenaz, contra el vacío? ¿la presión de tu cuerpo,
de golpe la vida entera, sobre el metal más frío,
una trampa, el fin idiota? ¿un miedo animal,
una última batalla, el miedo visceral, mi amor, mi dulce niño?

el tajo es grande y mi alma tan pequeña

(No sabe el mundo la bárbara mueca que le tumba el rostro)





(si venían...)

si venían a traer los panes
los panes eran buenos
y abríamos la boca leve de la fiebre


son dos manos desnudas, tan desnudas

En toda esa saciedad, urge una desgracia.
Deslizado en sábanas pulcrísimas piensa un infeliz.
En dulces nalgas piensa, sólo esa victoria.
De sus leales blancuras surgen animales sin suerte.
Arrancar un sueño para sí, esa violencia.
Atrapa un insecto. Muy cerca de sus ojos lo lastima.
Le quedan reflejos azules, pedazos de ala.

(A mano alzada,1986)


porque sobre glúteos blancos quién liquidaría
su pasado veraz
la breve aguja
vuelven del asceta y el amante
sensitivos

entonces en cuatro patas, a la hora del poniente, a azucarar
los brotes

°°°

refiérase despacio y tono tibio a poco fuera de la silla o taburete
con verbos delicados, que no falle, que se engañe,
que le pisen

(Vida interior de la discordia,1994)


el miedo y la resaca del miedo
engrosan el silencio

heme testigo de un cepo

°°°

ah si tuviera de su lado las órdenes y la miel
qué no valdría
pondría las palabras en hilera
de tres en seis
¡y que caiga la hojalata!
ésta por vegetal y aquélla por ramplona y ésta por danzar y ésa por sierva
así el mundo es vuelto a ser mundo hospitalario

(Bastardos del pensamiento,1997)
Laura Klein

domingo, 19 de agosto de 2007

EL HILO EN EL LABERINTO


.] La divinidad sin inmortalidad define la libertad del creador, Dionisos, dios de la tierra, aúlla eternamente en el desmembramiento. Pero simboliza al mismo tiempo esa belleza trastornada que coincide con el dolor. Nietzsche creyó que decir sí a la tierra y a Dionisos era decir sí a sus sufrimientos. Aceptar todo, y la suprema contradicción, y el dolor al mismo tiempo, era reinar sobre todo. Nietzsche estaba dispuesto a pagar el precio debido por ese reino. Sólo la tierra, grave y doliente, es verdadera. Sólo ella es la divinidad. Del mismo modo que Empédocles se precipitó en el Etna para ir a buscar la verdad donde está, en las entrañas de la tierra, así también Nietzsche proponía al hombre que se hundiera en el cosmos para encontrar su divinidad eterna y convertirse en Dionisos. [...]
Albert Camus

En El hombre rebelde, Buenos Aires, Losada, 1975
Lamento de Ariadna

¿Quién me calienta, quién me ama todavía?
¡Dadme manos ardientes!
¡dadme un brasero para el corazón!
Tendida en la tierra, estremeciéndome,
como una medio muerta a quien se le calienta los pies,
agitada, ay, por fiebres desconocidas,
temblando ante glaciales flechas agudas de escalofrío,
cazada por ti, ¡pensamiento!¡
Innombrable! ¡Encubierto! ¡Aterrador!
¿Tú, cazador entre las nubes!
¡Fulminada a tierra por ti,
ojo sarcástico que me mira desde lo oscuro!
Así yazgo,me doblo, me retuerzo, atormentada
por todos los martirios eternos,
herida,
por ti, el más cruel cazador,
tu desconocido, dios...
¡Hiere más hondo!
¡Hiere de nuevo!
¡Pica, repica en este corazón!
¿A que viene este martirio
con flechas de dientes romos?
¿Qué miras otra vez
sin cansarte del tormento humano
con malévolos ojos de rayos divinos?
¿No quieres matar,
sólo martirizar, martirizar?
¡Para qué martirizarme a mí,
malévolo dios desconocido?
¡Ah, ah!
¿Te acercas sinuoso
en semejante medianoche?...
¿Qué quieres?
¡Habla!
Me estrechas, me oprimes,
¡ah, ya demasiado cerca!
Me oyes respirar,
acechas mi corazón,
¡celoso!
-¿pero celoso de que?-
¡Fuera, fuera!
¿para qué la escala?
¿quieres subir
adentro, hasta el corazón,
subir hasta mis más
secretos pensamientos?
¡Impúdico! ¡Desconocido! ¡Ladrón!
¿Qué quieres sacar robando?
¿Qué quieres sacar escuchando?
¿Qué quieres sacar atormentando?
¡tú, atormentador!
¡tú, dios verdugo!
¿O como el perro debo
refregarme contra el suelo ante ti?
¿Sumisa, embelesada fuera de mí
menear la cola por amor?
¡Es inútil!¡
Punza otra vez,aguijón el más cruel!
No soy tu perro, sólo tu presa,
¡cazador el más cruel!
tu más orgullosa prisionera,
bandido tras las nubes...
¡Habla al fin!¡Tú, encubierto con el rayo! ¡Desconocido! ¡habla!
¿Qué quieres, salteador, de mi?...
¿Cómo?
¿Un rescate?
¿Qué quieres de rescate?
Pide mucho, ¡lo aconseja mi orgullo!
Y habla poco, ¡lo aconseja mi orgullo!
¡Ah, ah!
¿a mí es a quien quieres? ¿a mí?
¿a mí entera?...
¡Ah, ah!
¿Y me martirizas? ¡Loco que eres un loco!
¿Requetemartirizas mi orgullo?
Dame amor, ¿quién me calienta todavía?
¿quién me ama todavía?
dame manos ardientes,
dame un brasero para el corazón,
dame, a la más solitaria,
a la que el hielo, ¡ay!, siete capas de hielo
enseñan a añorar enemigos,
da, sí, entrega,enemigo el más cruel,
dame ¡a ti!..
¡Se acabó!
Entonces huyo él,
mi único compañero,
mi gran enemigo
¡mi dios verdugo!...
¡No!
¡vuelve!
¡Con todos tus martirios!
Todo el curso de mis lagrimas
discurre hacia ti,
y la última llama de mi corazón
para ti se enardece.
¡Oh, vuelve,
mi dios desconocido! ¡mi dolor!
¡mi última felicidad!...
Un rayo. Dionisyos aparece con esmeraldina belleza.
Dionysos: Sé juiciosa, Ariadna...
Tienes oreja pequeñas, tienes mis orejas:
¡mete en ellas una palabra juiciosa!
¿No hay que odiarse primero, si se ha de amarse?...
Yo soy tu laberinto...

Fragmento de “Ditirambos de Dionisos” (1888-1889)
Friedrich Nietzsche

miércoles, 8 de agosto de 2007

COMARCAS DEL PASO FURTIVO

(los amantes II- r.magritte)

HABEAS CORPUS

cuerpo
ve los gestos exhaustos del amor
cuerpo
escancia el blanco
en torno a tus versos
crezca
el vacío en torno a ti

(tus textos
tus texturas
tu textualidad)

date a callar
a tu silencio
cuerpo
tu que tiemblas
tu
que sabes
temblar



LLEVA MI TEMBLOR HACIA TU SIEMPRE

acalla el pudor de las estatuas
riela los trenes del olvido
da óxido niebla nube memoria
da puentes para mis botas
lleva mi temblor hacia tu siempre
lleva mi temblor hacia tu nunca
obscena como la aurora
desnuda tormenta andenes
destíname a mi nada
llévame a tu siempre
acalla mundo bajo trenes
puente invierno boca aliento
lleva mi temblor

hacia tu siempre
revoca mi mandato de sombra
destina la palabra a su final
lleva mi temblor hacia tu nunca
(lumbre tu noche
sobrevive a la que duerme)

acalla mudo mundo nicho lluvia disolución
piel vagones corazón noche pudor estatuas
vendaval disposición tormenta
dame otro devuélveme otro
lleva mi temblor hacia tu nunca

siempre



TU EXTINCIÓN

habitaré
tus colores
tu extinción
(
la sangre
me dice?
me dice la piel?
en quién callo cuando
no me hablas?
soy donde no me
pienso?
)
vamos
habitaré tu dicha
tu extinción
muere hasta la última
muerte
lejana en lo inmediato


INTERPELACION

tenemos la dimensión de
las preguntas que nos hacemos
eso que nos interroga
desde lo que se retira
fundándonos


COORDENADA

aún me pides que te dé
todo eso que no tengo
todo eso que no soy:
mi dimensión de olvido y vendavales
sin coordenadas de rescate


ANHELO

quiero aprenderme sin tu miedo. abarcarte.
detestarte de una buena vez.
quiero temerte sin culpa. odiarme hasta el desmayo.
llamarte. no entenderte.
quiero olvidarme sin tu sueño.
perdonarme con pudor. pensarme sin tus ojos.
vivir sin tu deseo. quiero de una buena vez
ya no saber tantas cosas. perderme.
encontrar lo que perdí sabiéndolo perdido.
para siempre.


NECTAR

en los viñedos solos — bajo la luna de los magos—
aprendimos el silencio

(como néctar tu boca
devastó la soledad de mis comarcas)

en mi tierra las heladas— el invierno inhóspito—
(hibernar donde los milagros llegan tarde)

oh sombra de lo no acontecido
caminos de mis posadas sin señales de retorno


SALEM

era el alba -acaso- la claridad posterior
a la noche de los colgados, irrupción de luz
sobre los cadáveres de esas mujeres
que pendían de los árboles, cuerpos
de hechiceras al viento aterrando a los niños
en nombre de la cruz?
era la claridad perturbada por la imagen
de los cuerpos profanados
la brutal exposición de las ajusticiadas expiando
los pecados de la aldea, las dueñas de pócimas y manzanas
las brujas, sus escobas?
eran estas mujeres arrebatadas a sus lechos,
a sus solterías y excomuniones, a sus pecados,
a la difamación, a las mentiras de los niños,
los calderos, los secretos de las hierbas del bosque
el miedo de los hombres?
qué magia evitaría el otoño de sus lapidaciones
qué cabelleras sobrevivirían a los cuentos
qué pudor podría redimirnos
qué escobas qué escondrijos de la noche
qué oscuros acertijos qué lugar


DIVISIÓN DE BIENES

intentaré no hacer ruido con mis zapatos
cuando el sentido del mundo se cierre sobre mí

dormida como el invierno
estás viajando lejos

qué palabras voy a inventar para llamarte?

sobre nuestra extranjería el cosmos
extenderá su incertidumbre:
un movimiento entre astros que colapsan

entre las cartas aún cerradas
todo susurra amor y perdón

aún así nada nos enseña la distancia y el olvido

(¿qué palabras voy a inventar para llamarte entonces?)
(¿qué palabras voy a intentar?)


GESTUALIDAD

necesito algo del orden de tu mímica:
esos gestos que te visten y desvisten.
tus juegos, tus mentiras.
si, creo que necesito eso:
deslumbrarme en la ostentación
de tus carencias.
algo del orden de los ademanes
y palabrerías que te velan.
buscar la verdad allí: donde no estás.
para aprender a no saberte intuyendo
que permanecerás por siempre en
lo no dicho.
en la dimensión inasible de las
insinuaciones.
así: como apenas susurrada.
bella evasiva inmaculada confusa y
resguardada en tu secreto.

MONTAJE- VERSIÓN DOS

tiendo puentes sobre el vacío
trazo las coordenadas de mi fuga
me doy como una barca a las olas del mundo
invoco los nombres esenciales
viajo en temporalidades y temporales
viajo me llevo
me
lluevo
viajo
me transporto

viajo
- sombra- oh mi sombra- detenta tu sonar en la noche

oh tenue luz de los umbrales
detenta tu sonar en la noche

detenta tienta intenta tenme deténme

navego a través de vendavales con la insignia de mi luz

(plegaria bajo la llovizna del mundo
donde un corazón intentará los milagros)

(susurro mudo de un cuerpo
que no sabía que lo buscaban)

oh omnipresente
rumor de lejanías y ajenidades y otredad y vaguedad

tiendo puentes trazos trazas viajo me llevo delineo soy de la magia
del viento de la noche en los caminos de los brazos de la amada de
la tierra que me llama. no hay certeza en buscar sólo caminos que se
extienden. no hay refugio en las promesas poco más que este ensueño
que anhela la dulzura del cosmos

detenta alas sonar insignia vendavales puentes cuerpo milagro temporal
anhela cosmos llovizna plegaria caminos corazón refugio lejanía otredad
canta
canta
canta oh canta o encanta nos muda luz del gesto silencioso


Javier Galarza

domingo, 5 de agosto de 2007

INSCRIPCIONES DE LA REVOLUCIÓN PERMANENTE





Helado Milagroso

El camión de los milagros desciende por la pequeña avenida,
el ragtime de Scout Joplin esparcido a su paso como perlas,
y , cierto, te puedes sentir feliz
con un pedazo de tu corazón.

Toma lo que aún se te ofrece: en la opulenta sombra de una
habitación
los pechos de una mujer balanceándose levemente mientras se
inclina.
Ya la perla del crepúsculo se desvanece.
Tarde, te sientas a ponderar las noticias de la noche,
milagros de la comida rápida, revoluciones espectrales,
lo que queda de tu corazón.


Calle Visión

1

no lo que pensabas: solo un desvío
cuesta abajo no hacia arriba

estrecho, no se malgasta
tiene una casa al llegar al final

roble enano y cactus en el patio
algunos gatos algunas serpientes

en la casa hay una habitación
en la habitación hay una cama

sobre la cama hay una manta
que cuenta la llegada del ferrocarril

bajo la manta hay sábanas
transparentes por el uso aquí y allá

bajo las sábanas hay un colchón
de los antiguos, tosco, con botones y forro

bajo el colchón hay un bastidor
de hierro oxidado aún fuerte

toda la cama huele a jabón y orín
la ventana huele a vieja picadura y lluvia

éste es tu cuarto
en Calle Visión

si tomaste el desvío
que te estaba destinado


4

Calle Visión late tu corazón intacto
cómo es esto posible

Calle Visión rodilla herida
espinazo herido ojo herido


¿Ha trabajado usted con metales?
¿Hay partículas bajo su piel?

Calle visión pero tu corazón aún está entero
cómo es esto posible

pues lo que puede ser será arrebatado
si no es ofrendado con fe y confianza

por lo coleccionistas de lo coleccionable
los profesores de lo-que-se-ha-sufrido

El mundo se está acabando toma mi mano
Es un sonido solitario toma mi mano

Calle Visión nunca olvides
el dolor del cuerpo


nunca lo dividas



7

Aún puedes invocar belleza y ha de saltar
desde todas las direcciones

puedes escribir belleza en el cruel archivo
de las cosas hechas cosas dejadas sin hacer pero

una vez fuimos diferentes
y sin embargo unidos eso es belleza eso es lo que atrapas

en la mirada nocturna del recién nacido
la niebla que funde las estrellas fugaces

el virus traído de las lianas aplastadas
buscándonos ahora



Reversión


Esta mujer/ el corazón de esta historia.
Esta mujer incomunicada por las oraciones de su tribu.
Esta mujer que se despierta/ busca las tijeras/ empieza a
cortarse el pelo
Hace tiempo afeitado/ creciendo.
Cortar cortar cortar/ el crujido del corte enfrentándose a la
aspereza de su pelo.

Esta mujer cuyas voces la llevan al exilio.
(Exilio, exilio.)
La llevan al otro lado.
Por tren y a pie y por barco, al otro lado.
Otro lado. De un mar angosto.

Esta mujer/ el corazón de esta historia.
Corazón de la ley/ corazón de los profetas.
Sus voces zumbando como sierras en su cerebro.
Abordando un barco sin pasaporte.
Cómo puedes hacerlo. Hasta los barcos tienen ojos.
Están pintados como pájaros.
Esta mujer no tiene libreta de teléfonos.
Esta mujer quizás tenga un cepillo de dientes.
Tratando de conseguir en alguna parte tintes rojos/azules para
Coronar su erizado cabello.

Al otro lado: extraña para mujeres y niños.
Poniendo sus plantas desnudas en la huella en la arena del
desnudo pie de la extraña.
Extrayendo del saco su agotamiento alimentos para el perro
del extraño.
Oyendo los rezos viriles de la tribu del extraño/ susurro del
Río del extraño.
Yaciendo dormida y sin sueños en uno de sus portales.

Hace tiempo arrojó las cobijas.
En el otro lado camina con brazos y piernas desnudas, vestida
de voces.
Aquí o allá recoge una bufanda/ un residuo.
El día irrumpe frío en sus piernas y su vello púbico.
Su pelo punk/ su pelo religioso.


Franqueando los azules rectángulos de las puertas del extraño.
Nadie le abre.
Entretejiéndose en decadentes callejuelas/ negro sobre yeso
Blanco/ olivo sobre violeta.
Caminar caminar caminar.
Yacer sobre una cálida piedra escuchando insectos familiares.
(Exilio, exilio.)


Esta mujer/ el corazón de esta historia.
Regresando en círculos a la ciudad donde su nombre cruje
detrás de las piedras agrietadas.
Esta mujer que se marchó sola y regresa sola.
Cuyos cabellos están de nuevo cubiertos/ cuyos brazos y
Cuello están cubiertos/ de acuerdo a la ley.
Debajo su piel ha oscurecido/ las plantas de sus pies se
han endurecido.
Arena del portal del extraño cayendo de su carretilla
plástica/ fluyendo hacia la arena
andando en remolinos por su viejo barrio.


Último Ghazal


Planta de los pies para desollar viva frente al negro espejo de la
ventana.
Primeras lluvias del invierno la hora mas pequeña de la
Mañana.


Vuelve entones al ghazal ¿qué harás allí?
La vida siempre latió con mas ardor que los versos.

¿Recuerdas las hebras que iban de un ojo a otro?
¿La lengua que llegaba por todas partes, recitando todos los
papeles?

Allí todo era moldeado en una imagen del deseo.
El grito de la imaginación es un grito sexual.

Llevé mi cuerpo conmigo por doquier.
En la espesura de la abstracción mi piel manaba sangre.

La vida siempre fue mas fuerte…los críticos no pueden asirla.
Dice la memoria que la música siempre aventaja a las palabras.


Seis Narraciones

6

Contabas una historia sobre la guerra nuestra historia
una vieja historia y aún debe ser contada
la historia de lo nuevo que huyó de lo viejo
de cómo el gran sueño se tensó y cambió
el navío de la esperanza se estremeció sobre el pecho del
témpano
los afectos secretos flaquearon y vacilaron
Así somos derribados juntos así somos despedazados
en una temblorosa república sus labios de vidrio
partidos como si la grieta principal
no hubiera sido calculada desde el inicio en el poderoso
patíbulo




Adrienne Rich
Oscuros Campos de la República (1991-1995)

domingo, 29 de julio de 2007

SOL ANTIVERBAL


De Poesía Inédita

DESPEDIDA

Santifica el lunes niño en tu mirada
haz el milagro de reír en la tierra.
Amor que sube aguarda tu voz.
Santifica al malo,
golpéalo en tu corazón que brota.
Santifica el aire no esperes el día,
de mano en mano vienes tan niño y pequeño.
No quiera el alma temblar sin tu pureza.
(11 de junio)
METALES

II
Desnudaré de brumas el año que me sigue.
Cuando baje al virgen metal de mis días;
desnudaré, amaré su carne.
Para morir, mi voz en los niños de aquí a mil años.
Para vivir, tus ojos andando en los metales oscuros de mi tiempo.
(11 de julio)

De PAISAJES QUE DUELEN

No sabes como fue este día
Este hombre dolió
por cada sol maldito
duro en su vida.
Por algo fue triste
a ratos
le dolía algún pelo
el pequeño.
Fue quizá como miró
un poco como pájaro
otro poco como niño
y se marcho hundido en la gente.
Voy a hablar a mis amigos
de quién amo
y de otras cosas de fuego
a colmarme de fuertes ternuras.
Así el hombre lava
sus ojos de niño sus ojos de hierro
y duerme profundamente

(2 de noviembre de 1960)

UN ANOCHECER

El poema tiene un momento preciso de madurez y alimento
Pared de hueso pared de carne
pared de mi lengua
parado espero salir a encontrarte.
De aire
yo el pájaro el polvo
la garganta.
Es horrible estar aquí
sin más nada que este cuerpo
hundido en su materia
esperando
el paso de unas piernas
las casas bajo el cielo
que todo venga y crezca y se transforma.
Entonces
sobre mis plantas
no un cuerpo
sólo la imagen humana
húmeda
seca
un poco triste por todo.

(3 de julio)

De PUREZA DE ESTAR VIVO, 1961

Mirando las fotos en memoria de los campos de concentración de la última guerra
Qué han hecho de nosotros
qué es aquel sangriento alambre de huesos
quebrados en el horizonte.
Silencio
sobre le polvo
silencio
cae la lluvia y la música lejana
sobre los campos.
Fue tan viva la muerte
que en estas tierras de paz dormida
se alzó y murió mil veces mi corazón.

(5 de Octubre)

De VII (...) 1961
Poesía Editada
OLEO UNICO

Ante el enigma que me representa la vida de un instante, la
extraña multiplicación que une las cosas y los hombres, sólo
puedo proceder plantándome justo en el filo de todo, tratar
de tomar el bulto irradiante de la existencia con el peso
exacto del sonido y del color, construir con mi carne y con
todo lo que me es exterior estos murales.
Ante todo ver más allá.
Hacer murales con el alma del hombre.
(Buenos Aires, marzo 1957)

De Cuatro Murales, 1957
AVANZAN LOS SOLES EN EL CIELO

Cuando tome bajo la luz
otro cuerpo
y besándolo me sienta vivo,
habré reído habré dormido una vez.
Y luego querré caminar nuevamente.
Sin fronteras como el dolor o el hambre,
al refugio de mi herida Buenos Aires.
Aquí
donde cada sol es un ciclo de mi piel.
Donde el viento se extiende temblando.

ESPUMAS DE LUZ Y SOMBRA:
MURALLON DE VIDA.

Apenas vuele sobre el llanto
por mi lengua riendo llegaré a tus manos.
Elástico al sol subiré enorme
acorralando en la noche
el día de vientos afilados.
Niños heridos
palomas de hambre
amordazan mis besos
sacuden mis risas y te alejan
para que muerda la vida y no me canse la muerte

De Corazón de piel afuera, 1959.

LOS PATIOS DEL TIGRE
El tigre, aquel espejo del odio y el espanto.
Von Jöcker, Siglo XVIII

Fueron siempre los pájaros los que anduvieron en los patios
de mi infancia.
A la claridad del canario se sumó el gritito entrecortado
del calafate, el vuelo diminuto de los bengalíes.
Algún mono hubo, pero fue efímero.
Agregaba mi abuelo a la magia reinante sus oros de Gran
Maestro. Sus libros que, de a poco, fueron siendo mis pájaros.
Un tío viajó y en una gran jaula trajo un tigre. Lo aseguraron
a una cadena y esperaron que lo viera.
Su garganta me llamó; aparecí.
El espanto y la maravilla me helaron.
Desde ese día los patios dejaron de ser tales. Fueron selvas
de mármol y mosaicos gastados en donde el terror habitaba.
Era feliz. Tocaba el misterio a diario y no desaparecía. Me
acostumbré ávidamente a lo extraño.
Cuando alguien ordenó su encierro en el Zoológico, lloré.
Entonces comenzaron mis fugaces visitas; temblaba cerca de
su jaula. Su rugido era música tristísima para mí. Le imploraba a su
memoria de fiera el recuerdo.
El día en que me fui a despedir de él para siempre me olió, detuvo
su andar en círculos. Una sombra humana le cruzó la mirada. Intenté
tocarlo. El griterío prudente me clavó en el piso.
Pensé un adiós, suavemente me marché. Más tarde supe de su
muerte. Su carne fantástica se juntó en el polvo a otras carnes.
He crecido. Guardo de mi infancia sus huesos en mi alma, los libros
en mi sangre.
Pero cuando llegue el fin y me miren los ojos que aún no he visto,
pienso que será el tigre incierto de la locura el que me lleve tanteando a
la nada, aquel tigre de titubeo y delirio del suicidio que en su boca me
ahogará clamando.
O tal vez mi viejo tigre, rayado por la piedad, quiera devorarme como
a un niño.

VIENTRE PROFETA SIN TIEMPO

Yo no soy de ningún siglo.
Vivo ausente del tiempo. Soy mi siglo como soy mi
sexo y mi delirio.
Soy el siglo liberado de toda fecha y penumbra.
Pero cuando muera, el profeta que hay en mí se
alzará como un niño sin moral y sin patria. Un niño loco con
lengua de alaridos. Entonces amanecerá en el millón de
Galaxias.
Madres del futuro; cuidado; cuando muera puedo
volver.
Entonces, ay, vientre que me aguardas, dulcísima
catedral de tinieblas.

CASA DE SILENCIO

Un niño y un cuchillo, enamorados carne y hierro,
buscan en el alma la selva que los salve
Aromas y llantos boca de hielo sobre cicatriz de
Pureza. Irá el olvido a devorar temblores irá la tierra alzando
mares.
Sueño del niño que muere en su Casa de Silencio en
El cielo del espanto, hierba de tristeza amor de nadie.

ANALOGÍAS

No cruces una plaza en la noche bajo los esmaltes del
ruido lejano de soles en llamas. Espera la lluvia que apague
en la hierba la sombra del alto cielo.
Ya cuando cierres un mueble de aquellos caoba
con fulgores a madera dormida, ábrelo con furia. Tal vez
sorprendas extrañas ceremonias de pañuelos, huecos mur-
mullos en trajes, temblor de lienzos, una larga luz ahogada
en huida a través de pliegues y cartas perdidas.

LUNA DE HERODES

Si en la noche inmóviles policías sujetan perros de
boca en piedra, yo tiemblo. Quiero alejarme no puedo, como
en sueños
Entonces alzo la mano a mi pecho traspasado. No
sea que a lo lejos entre las selvas de hueso y aliento salga el
aullido de aquel que devora mis entrañas. Y aullando
prolongue en los perros guardianes un odio en silencio y
dientes, que por milenios me persigue.
De Visión de los hijos del mal, 1967
********************************************
EL HIMALAYA O LA MORAL DE LOS PÁJAROS

Segunda aparición del
SOL ANTIVERBAL
sobre la TIERRA-NACIENTE del
TERCER MUNDO y
canto quinto de los PÁJAROS

Hacia el mediodía; sintiendo próxima la tierra que nacía; la muchedumbre de guerreros
intentó un canto de furia o salvaje alegría pero lo que salió de su boca fue una blasfemia
atroz, un discurso de delirios, y nadie rió y todos miraron el cielo.


CANTO QUINTO DE LOS PÁJAROS
Recuerda, conquistador de la Luna y el Sol, recuerda bastardo este Imperio de Niños.
Honor a tu coraje: yo te maldigo.
Pues años y años y cientos han de pasar hasta que el Verbo resucite en la tierra violada. Mientras; balbucea el caos con tu lengua clavada por el frío Sol Antiverbal: señor de justicia.
Salve.
(En la superficie del mercurio frutos y ramas golpeaban el barco, sin ruido. Y un río de aguas blancas devoraba el mar mineral. Aquel sol de Justicia se elevó sobre los volcanes y las nieves en busca de un refugio de salvación. Y en la mañana primera de la conquista sólo hablaron los pájaros.)
**
POEMA 9

Tocaremos la luna. Poseeremos el cráneo del
Sol.
Qué patria o cielo verbal ilumina al fuego
en su casa de líquidos esmaltes; carro de Elías,
purificación de las ciudades muertas, árbol místico de la sangre, agua y
sombra transparente, vitral de dioses aniquilados.
Sol antiverbal. Sol carnívoro en sonidos o silencios en el horizonte
frío de la tierra sin
pájaros.
Sol tigre.

MARE TENEBRARUM
En aquel tiempo del triste colegio, en aquel que
jamás recuerdo; soñaba con tigres y pájaros en
lucha y mi corazón era el desierto y el cielo, el sol
y la luna de aquel mundo final.
Llegó hasta mí un sacerdote, llegó y me dijo: por lo
que piensas morirán tus ojos, tu piel será maldita,
como la piel de las momias, amarás a dios en todo
lo que te destruya.Me senté junto al muro más cruel y lloré la lepra
del cielo.Cayó mi corazón, lo perdí. Y reyes ya de sangre
pájaros y tigres me acosan para siempre y todas
mis aguas, todos mis ríos, huyen muertos hacia el
atroz y calmo Mar de las Tinieblas.
Y el ángel de la locura, el ángel de la fiebre mira,
en mí al monte coronación del Verbo; escribo para
que me sea dado el Silencio.
(1970)
Miguel Angel Bustos

sábado, 28 de julio de 2007

Marguerite Durás y Esa enfermedad Extraña

El mal de la muerte de Marguerite Durás es un texto inclasificablemente bello.
Pasa desde la novela a la prosa erótico-poética y al texto teatral enlazado de una manera imperceptible generando así la sensación de que todo esta escrito en términos de acotación, especificando conscientemente la orden directa del escritor, desde la acción hasta la contención emocional que lo guía.

Extraño lenguaje donde se funden varios estilos.

Comienza el texto con una posibilidad de lo que podría haber sido y cuando uno ha entrado en su dominio el tiempo se transforma. El principio es un acuerdo de partes entre un hombre y una mujer que estipulan algo que está condenado y finalizado antes de comenzar, de todos modos deciden hacerlo.

Él está solo, ella lo sabe desde siempre.

Desde el posicionamiento de los personajes Él se encuentra en insatisfacción buscando sin saber que le pasa o necesita. Ella simplemente sonríe, habla cuando se le pide, duerme y goza simplemente de saber que es lo que Él busca.


“Otra tarde usted lo hace, como estaba previsto, duerme con el rostro en lo alto de sus piernas separadas, contra su sexo, ya en la humedad de su cuerpo, allí donde ella se abre.

Ella le deja hacer.

Otra tarde, por distracción, usted la hace gozar y ella grita”


Pero a pesar de ello Él percibe “el sordo y lejano zumbido de su goce en su respiración”
Él quiere alejarse de ese cuerpo perfecto que lo incita a matarla.

Porqué?

Porque nunca ha amado a nadie. Porque Él es portador del mal de la muerte, aquel que no mata, no vive, ni sabe aún que no ha vivido y ya estaba muerto desde antes.
Él reconoce el mal que Ella sabe que padece en su cuerpo dormido, reposando contra las sábanas, que las cubren y la velan, en la inmovilidad insípida de las respuestas, en el color mentiroso del mar.
Así sin saberlo Él se encuentra viviendo la muerte. Llora por no imponer la muerte. Llora por no amar.

De este modo plantea la duda desde el principio de las cosas, estamos condenados antes de nacer así como la cotidianeidad en la que nos perdemos y abstraemos es vivir nuestra muerte.


El texto funde el cuerpo de los personajes, el cuerpo del escritor, la muerte y el amor donde la belleza produce violencia.

Indudablemente es el cuerpo de Ella el que habla generando violencia producida por la perfección que conlleva.

Como no cuestionarse luego de leer a Durás sobre el comienzo y fin de nuestros días, sobre nuestra condena antes de nacer, sobre los refugios encontrados, sobre los ojos que vemos a diario, sobre la muerta cotidianeidad que desanudamos por las noches para cubrir el día, sobre una especie de Dr. Jekill y Mr. Hide donde no contentos a vivir con lo planteado por la sociedad, damos gracias a la noche para desnudar nuestros mas íntimos y oscuros deseos vitales aunque sepamos de su condena. Son aquellos actos, los cuestionables, los indescifrables los que alimentan nuestros sueños en la fijación de una noche que se devela para que hagamos de ella nuestra cálida compañera.

“…Y en el hueco de sus piernas separadas ve Usted por fin la negra noche. Usted dice: Era ahí, la noche negra, es ahí…”



Vanesa Aldunate

viernes, 27 de julio de 2007

ANNE SEXTON - HER KIND


Her Kind


I have gone out, a possessed witch,
haunting the black air, braver at night;
dreaming evil, I have done my hitch
over the plain houses, light by light:
lonely thing, twelve-fingered, out of mind.
A woman like that is not a woman, quite.
I have been her kind.

I have found the warm caves in the woods,
filled them with skillets, carvings, shelves,
closets, silks, innumerable goods;
fixed the suppers for the worms and the elves:
whining, rearranging the disaligned.
A woman like that is misunderstood.
I have been her kind.

I have ridden in your cart, driver,
waved my nude arms at villages going by,
learning the last bright routes, survivor
where your flames still bite my thigh
and my ribs crack where your wheels wind.
A woman like that is not ashamed to die.
I have been her kind.


To Bedlam and Part Way Back (1960)




De ésas

He salido al mundo, una bruja poseída,
rondando el aire negro, más valiente por ello;
soñando el mal, he sobrevolado
las casas planas, de luz en luz:
pobre solitaria, con mis doce dedos, enajenada.
Una mujer así no es una mujer, lo sé.
Yo he sido de ésas.

He encontrado las cuevas tibias del bosque,
las he llenado de sartenes, tallas, estantes,
de armarios, sedas, de incontables bienes;
he preparado la cena para los gusanos y los elfos:
llorando, aullando, ordenando lo que estaba mal.
A una mujer así no se la comprende.
Yo he sido de ésas.

He viajado contigo, carretero, saludando
con los brazos desnudos a los pueblos que dejábamos atrás,
aprendiéndome las últimas rutas de la claridad, superviviente
allí donde tus llamas aún muerden mis muslos
y crujen mis costillas bajo la presión de tu carreta.
Una mujer así no se avergüenza de morir.
Yo he sido de ésas.


Anne Sexton

traducido por michelle para Mujer Palabra (2001, rev. 2006)

(enlace con video y audio de Anne recitando este poema)





domingo, 22 de julio de 2007

CLASE 1945


Diet


Era su propio
y único padre
Él lo enterró
Lo juro:
87.000 gramos
de una impenetrable

gelatina.

*************

Siniestra


Mi mano de 11 años de edad, diestra, se estuporiza:
lo que mi amiga de toda la vida, Eufemia
mientras merendamos solos en su casa
tiene y no tiene
son recién cumplidos 13 años
y bombacha

Que lo afirmen los dedos de esa mano:
se le fue la infancia a mi amiga
¡oh, su néctar!
*************

Aprovechamientos

A la tía la asaltábamos en su pieza
cada sábado después del mediodía
sus sobrinos
Púberes, adolescentes
sin adultos en la casa
jugábamos a que era nuestra
a que la tía nos estaba destinada
Aprendimos en ella
nos adiestramos
los dos hermanos y el primito
Estimulada así la tía
casi muda nos daba todo
en su delicado estupor
A su manera aguardaba
y se concedía sus raciones de vértigo
Manuable, dúctil nos complacía
en familia
Mi primo sobreactuaba para no derrumbarse
alardeaba de sádico
y me parece que estaba
caliente con mi hermano
A los tres en fila nos mamaba la tía
La mía se la dejaba más tiempo en la boca
Mi primo se aferraba la suya
él dirigía la batuta
y la descargaba antes que nosotros

Mi hermano fue encontrado
un jueves después de medianoche
sodomizando a la tía
Cegado, papá, el histórico
fornicador de su hermana
los acuchilló
Mi primo y yo nunca recordamos
estando juntos
a esos muertos
Dejó secuelas:
él se hizo striper
y yo
coleccionista y usuario de italianas
suecas, taiwanesas, mucamitas indias
embarazadas africanas, cadavéricas
muñecas inflables.
*************

La Corona complica

Esquivaría las formalidades
como un mortal cualquiera
si no tuviera que adiestrarme para Rey

La enoja mi recelo
a la nueva delfina de Francia
No sabría qué hacer con esa rubia

Prefiero al herrero con el que lucho
Es más fuerte que yo
Y me enseña.

***************
A mi amigo
Inspirado
mi amigo cumple
en mi culo
su misión

mientras en el espejo
del adusto roperito
de mis padres

se incentiva vigilando
su propio
culo.



*************

Comercio


Unas palabritas embaucadoras
en mis encantadoras orejitas

Fugaz el frotamiento en las escaleras del edificio
contigüo a mi escuela

Pongamos que fueron cincuenta
los centavos que acepté aquella noche
veraniega en Liniers

Precoz la eyaculación del pobre transeúnte
o vecino.
*************

Fascino


Los fascino con el tamaño
los alarmo
los reviento

Lo mío es, en ocasiones
-con fajada-
definitivo.
*************

Buen cliente


Expeditivo, lo trabaja

A sus requisitorias
no me presto:
sí me vendo –50 pesos-
por un rato

Indaga mi culo
y obtiene el vencimiento
de su interés.
*************
Márgenes

No puedo
sino
huir

Mi salvoconducto
es un kilo
de esta mierda

La noche
me va a calzar
como un ambo
de confección

En la otra margen
seré también
un soldado.
*************

Quererlo todo


Yo tenía un voraz medio hermano
banquero, financista, en mi última pesadilla
y le reprochaba:

“Vos lo querés todo:
el chiquero interplanetario
los inconmensurables beneficios
la casita en Belgrano
y un vistoso ejército de negros que te abaniquen!”

Y entonces él me regalaba
acallándome
la casita.
***************

Clase 45


Cantando bajo la lluvia de la ducha
soy Sandro
Habiendo yo nacido en Aries
soy tan de fuego como él

Examinados juntos para la colimba
sólo él firmaba autógrafos
en calzoncillos

Pasan las décadas y retiene
a ¡Rosa, Rosa! en los escenarios
pero la más codiciada Rosita de mi barrio
me tiene a mí

Sandro con sus fans
yo con sus discos
Cada cual con su vigencia
y achaques.
************

Esto no puede


Esto no puede estar sucediéndome
acabemos, señores, con esta insurgencia

Esta bella espada medieval
no puede estar atravesándome
de lado a lado
Esta cabeza introducida sin mi autorización
dentro del horno de mi propia cocina a gas
no puede ser la mía
Señores, acabemos con este guión

Esta botellita de Fanta
no puede estarse también introduciendo
en mi anillo anal
¿Qué tiene de jocoso?

Estas tenazas perfectas no pueden estar retorciendo
los verdaderos, únicos dedos
de mis manos.
*************

Daría lo que soy, etc.


Nadie
ha querido jamás
tanto a Analía
como yo la quise
casi

Soy
quien ha batallado inclaudicablemente
en pos de la obtención de las más altas reivindicaciones
casi

Daría mi fortuna
y hasta la propia vida
apenas me las reclamaran
para justas causas
casi

Analía
me ha querido tanto
tanto pero tanto
como yo la quise
casi.
**************

Continentalmente


Lincharon a mi padre
Los ingleses lincharon a mi padre
Todos los ingleses lincharon a mi padre

Raptaron a mis hijos
Los italianos raptaron a mis hijos
Todos los italianos raptaron a mis hijos

Encarcelaron a mis hermanos
Los españoles encarcelaron a mis hermanos
Todos los españoles encarcelaron a mis hermanos

¿Es una provocación?

Difamaron a mis amigos y a mi madre
Los portugueses difamaron a mis amigos y a mi madre
Todos los portugueses difamaron a mis amigos y a mi madre

Ultrajaron a mi esposa
Los alemanes ultrajaron a mi esposa
Todos los alemanes ultrajaron a mi esposa

Me expulsan
Los europeos me expulsan
Todos los europeos me expulsan

¿Por qué no cuajo en el Viejo Mundo?
*************
Rolando Revagliatti
Ver su frondosa producción en:

domingo, 15 de julio de 2007

SALTOS SIN RED



EL TELEVISOR NUEVO



Miró a su marido en éxtasis frente al televisor nuevo, desmesurado, que les había costado poco menos que una hipoteca y por el cual estarían pagando cuotas durante dos años. Los parlantes estereofónicos hacían temblar los vidrios del cristalero heredado de alguna abuela, único mueble con algo de historia en esa casa que había sido su prisión por casi un cuarto de siglo. No necesitaba ver el contenido para describirlo: cinco platos playos y cuatro hondos de lo que había sido un juego para doce personas; tres copitas de licor de color azul y otras dos, verdes; una tetera de porcelana con el pico roto, pero que se negaba a tirar porque le gustaba; ocho copas para vino tinto de distinto tamaño y origen (las de vino blanco hacía rato habían pasado a mejor vida); seis compoteras de vidrio, con florcitas pintadas; una sopera sin la tapa. Algún portarretratos con fotos de chicos, adornos baratos y una mala imitación de un Lladró.
El mueble resumía su vida y cómo le había ido en ella. A ella le hubiera gustado comprar uno nuevo, brilloso, bajito, con cajones y puertitas para preservar el deterioro de la vajilla de miradas indiscretas. O el lavarropas automático, sueño inalcanzable que las puyas maritales habían convertido en entelequia de una mente enfebrecida por la ambición.
Tan ensimismada estaba que su marido tuvo que aullar dos veces pidiendo el mate, antes de que ella se diera cuenta de que le estaba hablando. Se lo alcanzó y él tanteó el aire para agarrarlo, sin despegar los ojos de la pantalla monstruosa que transmitía la previa al partido.
- Está frío,- se lo devolvió brusco.
- Bueno, voy a calentar el agua. De paso le cambio la yerba.
El gruñó y se acomodó en el sofá veterano de varias campañas. También podrían haber comprado un juego de sillones. No muy grande, claro, porque no entraba, pero un sofá chiquito y dos silloncitos lindos con tapizado floreado, como había visto en la mueblería de la avenida. ¿Hacía falta un televisor nuevo, tan grande? Él se había puesto furioso. ¡Ella no entendía nada, nada!
- ¡El mundial se juega cada cuatro años y la tipa quiere verlo en un televisorcito de mierda!
La discusión había ido subiendo de tono hasta el clímax habitual. Ella se había quedado en casa con hielo en el ojo y él se había ido a la casa de artículos del hogar a comprarse el televisor. Ni siquiera esperó a que se lo mandaran y contrató un flete para traer al monstruo. Bajarlo de la camioneta junto con el fletero renuente que se quejaba de una hernia adquirida con el sudor de su frente fue una hazaña homérica. Había tenido que dejarlo en medio del piso del comedor porque la agitación le había ganado la cuerda y resollaba como un buey cuando se desparramó en el sofá desvencijado.
Le había pedido la sublingual a los gritos y ella había corrido solícita, con la tirita de pastillas. Él tomó una y después otra, y ella se asustó. Le preguntó si se sentía bien y él le contestó que no le rompiera las pelotas y lo ayudara a acomodar el televisor, ¡lechuza de mierda! Ella corrió a sacar el aparato viejo y de miserables veinte pulgadas, esquivando hábilmente el tortazo.
Desembalaron la maravilla de la tecnología y la pusieron en la mesita del televisor defenestrado; la pobrecita asomaba penosamente ridícula debajo de la mole faraónica. En un gesto de generosidad, él le dijo que podía llevarse la tele vieja al dormitorio. Así no lo jodía con los partidos, ¡lechuza! Las cajas del embalaje quedaron en un rincón a modo de monumento a la basura generada por la tecnología moderna.
En la cocina, cambió la yerba al mate y puso agua fresca en la pava. Mientras esperaba, revisó las cajas de medicamentos alineadas en la mesada. El hipotensor, el betabloqueante, la sublingual, el miorrelajante, el sedante. En un rinconcito de la alacena, escondidos detrás de la lata de pan rallado, estaban sus antidepresivos. Si él se enteraba de que los estaba tomando, la molía a palos. ¿Para qué mierda los quería? Si estaba más sana que un toro. “O que una vaca, je”, se burlaba. Los tomaba para joderle la vida, porque le gustaba estar enferma y no sabía de qué y entonces inventaba. Sufrir del corazón, eso era estar enfermo, se enorgullecía. Y que revisara bien la fecha de vencimiento, como le había dicho el cardiólogo, que ella era medio pelotuda y por ahí le daba un comprimido pasado. "Un medicamento vencido no tiene efectos terapéuticos, así que fíjese bien cuando los compre, señora". Obediente, ella siempre revisaba las fechas. Hasta las anotaba, para no equivocarse.
- ¿Y…?¿El mate? ¡Dale que está por empezar!
- Ya voy.
Rezó un padrenuestro, dos, tres. El himno nacional brotó triunfal por los parlantes estereofónicos, ella se persignó y apagó la hornalla. Delante del televisor, él estaba de pie, tembloroso, mientras modulaba hipnótico las estrofas patrias. Ella se asombró de los milagros que conseguía el fútbol y por las dudas se quedó parada, no fuera cosa de ligar un sopapo por falta de fervor patriótico-futbolero.
El primer tiempo transcurrió sin más sobresaltos que los que generaba el relator, ansioso por un poco de emoción en un partido semejante.
- ¡Es la final, muchachos, vamos, pongan sangre, pongan garra, carajo!- su marido se desgañitaba como un poseso-. ¡Metan pata, la puta que los parió, maricones!
Ella no se atrevía a mirar y cebaba mate con la cabeza gacha.
Casi a los cuarenta y cinco minutos, después de una gambeta magistral, la pelota pasó a medio centímetro del travesaño. El público del estadio rugió, el relator estuvo a punto de ahogarse de la emoción y su marido saltó del sofá gritando el gol que no había sido e insultando a todos los familiares, amigos y deudos del jugador en cuestión. Cuando se sentó, jadeaba y se agarraba el costado izquierdo.
- ¡Qué pedazo de hijo de puta, podés creer, errarle así, así!- y separaba el pulgar y el índice derechos un centímetro. - ¡Así, así!- seguía gritando, pero no se soltaba el costado izquierdo. Ella desvió la mirada. No quería que él leyera en sus ojos y se fue a la cocina con el pretexto de traer los bizcochitos.
- ¿Caliento más agua?
- No, que me dan ganas de mear y me va a agarrar el segundo tiempo.
- Bueno. Me voy a hacer un té.
Preparó la taza de té con parsimonia mientras murmuraba otro padrenuestro. Dudaba si acompañarlo con un avemaría cuando lo escuchó salir del baño. Seguro que ni había levantado la tapa. Se asomó para verificar la presencia de las gotitas delatoras y descargó el tanque para que se llevara la evidencia.
Volvió a su puesto con la taza de té y la bolsa de bizcochitos en el momento en que el árbitro daba inicio al segundo tiempo. Los bizcochitos desaparecían con progresión aritmética y las puteadas crecían con progresión geométrica a medida que pasaban los minutos y no había señales de actitud goleadora por parte de la selección blanquiceleste.
A los treinta y tres minutos, un Aquiles nativo, un cruzado, un Galahad, inscribió su nombre en la gloria con un gol. La pantalla del televisor se cubrió de papelitos, el barrio entero estalló en un único clamor y su marido saltó encima del sofá para gritar mejor, más alto, más lejos, mientras se agarraba el costado izquierdo con las dos manos.
- Sentáte que te va a hacer mal.
- ¡Calláte, lechuza de mierda! ¡Andáte a la cocina, querés!
La prudencia aconsejaba retroceder y así lo hizo, pero se quedó en el comedor, vigilante. A los cuarenta y cinco minutos treinta segundos, un gol de los contrarios planchó las esperanzas de treinta y ocho millones de argentinos desesperados por ser los primeros del mundo en algo más que inflación, corrupción y desempleo.
-No lo puedo creer, no lo puedo creer - , murmuraba su marido en una letanía de sufrimiento agónico.- Qué manga de pelotudos, pero dónde estaba ese arquero de mierda, no lo puedo creer, no lo puedo creer...
El árbitro, implacable, adamantino, pitó el final del partido y el inicio de la segunda parte de la sesión de tortura. Dos tiempos de quince minutos y si no había definición, los penales. La posibilidad de los penales la hizo estremecer y sintió que el sudor le brotaba frío de las axilas y la espalda.
- ¿Querés que te haga un tecito?
Él la miró asesino y durante un parpadeo, ella creyó que se soltaría el costado para tirarle una piña.
- No. Hacé un café. Dale, antes que empiece el alargue.
No le dijo que el café lo pondría más nervioso. Tampoco le recordó que el cardiólogo se lo había prohibido. ¿Para qué? No tenía ganas de irse a la cama con los huesos apaleados y no poder dormir por el dolor.
- ¿Le pusiste azúcar? - preguntó él cuando le alcanzó la taza.
- Dos cucharadas.
El primer tiempo del alargue transcurrió entre ansiedades, gritos y puteadas y sin goles, igualito al segundo. Las patadas parecían calcadas y los expulsados, uno para cada equipo, también.
- ¡Se vienen los penales!- anunció el relator con voz estrangulada por la emoción.
Ella lo espió sin levantar demasiado la cabeza para que él no se diera cuenta: estaba rojo; la vena de la frente le culebreaba desde el nacimiento de la pelambre exigua hasta las cejas tupidas; el cuello de toro estaba hinchado y violáceo y por la camisa entreabierta asomaban los pelos ralos y blancos del pecho, que se agitaba brilloso de transpiración. Casi cedió al impulso de preguntarle cómo se sentía y si no quería la sublingual, pero su instinto de supervivencia le cerró la boca y la mantuvo sentada y quietecita en su lugar.
Para no tentarse, clavó la mirada en el piso de parquet desparejo y astillado, repasando el lustre desvahído y los agujeros del plastificado. Podríamos haber pulido el piso y arreglado las sillas del comedor con lo que gastamos en ese televisor. Y encima hubiera sobrado plata. La voz seca del relator le informó que del otro lado del planeta festejaban "su" primer penal. Quién sabe, podríamos haber pintado. Apretó los dientes para no largarse a llorar. Tres minutos después, todos sus pensamientos decorativos quedaron ahogados por los festejos del primer penal argentino. Otro penal convertido, otro alarido cósmico. Y el tercero. De "ellos" y de los "otros". Tres a tres y faltan dos, contabilizó. No quería mirar y se fue a la cocina. Se obró el milagro: los "otros" erraron el tiro.
- ¡Dios es argentino, carajo, vamos todavía!- él resoplaba y ella se escondió detrás de un vaso de agua. El grito de desesperación la hizo salpicarse. Se asomó justito para verlo llorar, putear y retorcerse de rabia y de dolor.
- ¡Ese pelotudo erró el penal, podés creer, no, si es un paralítico hijo de mil putas, habría que cortarle las piernas, es increíble!
Lo vio vacilar, frotarse el brazo y el hombro izquierdos, pararse y volver a sentarse, abrir la boca en una mueca sardónica, con los tendones del cuello estirados como elásticos a punto de romperse. El vaso de agua le tembló en la mano. Los "otros" se preparaban para el quinto penal. El arquero argentino voló hacia el ángulo exacto en el momento preciso, como un ángel, y detuvo el objeto infernal, anatemizando el gol.
- ¡Qué grande que sos, papá! ¡Sos Dios, maestro, ídolo, te van a hacer un monumento!- pero él ya no tenía más voz y las palabras le siseaban entre los dientes. Ella no podía, no quería mirar y cerró los ojos muy fuerte, hasta que vio estrellitas.
Entonces, el universo se llenó de voces que gritaron el gol. El último, el único, el que los consagraba campeones indiscutidos e indiscutibles y les compraba la gloria hasta el siguiente campeonato. Abrió los ojos para ver que ese gol también le compraba la libertad. En la pantalla y en la calle, nevaban papelitos. Los bocinazos los oyó a través de una muralla de algodones. Él la miró por primera vez desde que comenzara el partido y ella le vio la muerte en los ojos enormes, en la boca abierta y muda; en las manos que agarraban el costado izquierdo inútil y traidor. Él intentó levantarse pero se escurrió de cara al suelo con un ruido blando. Una mancha comenzó a oscurecerle los pantalones gastados y el parquet.
Sin atreverse a respirar, ella se acercó despacio. Se agachó y le puso dos dedos en el cuello; después corrió hasta el teléfono y llamó al SAME.
Los hombres de verde se miraron y negaron con la cabeza.
- No hay nada que hacer- dijo uno y enarcó las cejas.
- ¿Estaba tomando alguna medicación?- preguntó el otro y ella le contestó que sí y le llevó todas las cajitas de medicamentos.
- Ah, bueno, el hombre tenía un cuadro severo.
- Y sí, doctor, hace ya como seis años que se trata. Que se trataba, bueno- y aguantó un sollozo.
- Quédese tranquila, señora. No sufrió nada.
- No, claro, los que sufrimos somos los que nos quedamos- murmuró mirando el televisor indiferente y bestial, que transmitía la alegría de los restantes casi treinta y ocho millones de habitantes. Los hombres de verde fueron gentiles: le hicieron el certificado de defunción - “causa de la muerte, infarto masivo de miocardio”-, y la ayudaron a llamar a una empresa de pompas fúnebres. Una vecina la acompañó a hacer los trámites.
Dos días después del entierro, regaló la ropa de él. Sacó todos los comprimidos de las cajitas de medicamentos, los tiró al inodoro, hizo correr el agua dos veces y bajó la tapa. En la alacena, atrás del tarro del pan rallado, escondidas con los antidepresivos, estaban las tiras de comprimidos nuevos y sin abrir, compradas en la farmacia de la otra cuadra a lo largo del último año. También las tiró, aunque le dio pena, porque alguien que las necesitara podría haberlas aprovechado.
Después, llamó a la casa de electrodomésticos para negociar el cambio del televisor por un lavarropas. No muy grande, total era para ella sola.


Mónica Sacco


Ha publicado una novela "La Grieta Mínima"
y en Transdisciplina Creativa se puede seguir la saga en capítulos
de "El Folletín del Crimen Triste" y acceder a otros cuentos de
la autora









sábado, 7 de julio de 2007

CANTO DESDE LA FRONTERA




OTOÑO SECRETO


Cuando las amadas palabras cotidianas
pierden su sentido
y no se puede nombrar ni el pan,
ni el agua, ni la ventana,
y la tristeza ha sido un anillo perdido bajo nieve,
y el recuerdo una falsa esperanza de mendigo,
y ha sido falso todo diálogo que no sea
con nuestra desolada imagen,
aún se miran las destrozadas estampas
en el libro del hermano menor,
es bueno saludar los platos y el mantel puestos sobre la mesa,
y ver que en el viejo armario conservan su alegría
el licor de guindas que preparó la abuela
y las manzanas puestas a guardar.

Cuando la forma de los árboles
ya no es sino el leve recuerdo de su forma,
una mentira inventada por la turbia
memoria del otoño,
y los días tienen la confusión
del desván a donde nadie sube
y la cruel blancura de la eternidad
hace que la luz huya de sí misma,
algo nos recuerda la verdad
que amamos antes de conocer:
las ramas se quiebran levemente,
el palomar se llena de aleteos,
el granero sueña otra vez con el sol,
encendemos para la fiesta
los pálidos candelabros del salón polvoriento
y el silencio nos revela el secreto
que no queríamos escuchar.



De Para ángeles y gorriones, 1956



PAISAJE DE CLINICA

A Rolando Cárdenas

Ha llegado el tiempo
En que los poetas residentes
Escriban acrósticos
A las hermanas de los maníaco-depresivos
Y a las telefonistas.

Los alcohólicos en receso
Miran el primer volantín
Elevado por el joven psicópata.

Sólo un loco rematado
Descendiente de alemanes
Tiene permiso para ir a comprar "El Mercurio".

Tratemos de descifrar
Los mensajes clandestinos
Que una bandada de tordos
Viene a transmitir a los almendros
Que traspasan los alambres de púa.

William Gray, marino escocés,
Pasado su quinto delirium
Nos dice que fue peor el que sufrió en el Golfo Pérsico
Y recita a Robert Burns
Mientras el "Clanmore", su barco, ya está en Tocopilla.

Ha llegado el tiempo
En que de nuevo se obedece a las campanas
Y es bueno comprar coca-cola
A los Hermanos Hospitalarios.

El Pintor no cree
En los tréboles de cuatro hojas
Y planea su próximo suicidio
Heborizando entre yuyos donde espera hallar cannabis
Para enviarla como tarjeta de Pascua
A los parientes que lo encerraron.

Los caballos aran preparando el barbecho.
En labor-terapia
Los mongólicos comen envases de clorpromazina.

Saludo a los amigos muertos de cirrosis
Que me alargan la punta florida de las yemas
De la avenida de los ciruelos.

La Virgen del Carmen
Con su sonrisa de yeso azul
Contempla a su ahijado
Que con los nudillos rotos
Dormita al sol atiborrado de Valium 10.

(En el Reino de los Cielos
Todos los médicos serán dados de baja).

Aquí por fin puedes tener
Un calendario con todos los días
Marcados de rojo
O de blanco.

Es la hora de dormir -oh abandonado-
Que junto al inevitable crucifijo de la cabecera
Velen por nosotros
Nuestra Señora la Apomorfina
Nuestro Señor el Antabus
El Mogadón, el Pentotal, el Electroshock.

De Para un pueblo fantasma, 1978


AHORA QUE DE NUEVO


Ahora que de nuevo nos envuelve el Invierno
enemigo de los vagos y los ebrios,
el viento los arrastra como a las hojas del diario de la tarde
y los deja fuera de las Hospederías,
los hace entrar a escondidas a dormir hasta en los confesionarios.

Conozco esas madrugadas
donde buscas a un desconocido y un conocido te busca
sin que nadie llegue a encontrarse
y los radiopatrullas aúllan amenazantes
y el Teniente de Guardia espera con su bigotito de aprendiz de nazi
a quienes sufrirán la resaca por no pagar la multa.

Ahora que de nuevo nos envuelve el Invierno
pienso en escribir
sobre los areneros amenazados por la creciente
sobre un reo meditabundo
que va silbando una canción,
sobre las calles del barrio
donde los muchachos hostiles al forastero buscan las monedas para el flipper
y los dueños del almacén de la esquina
esperan entumecidos al último cliente,
mientras en el clandestino
los parroquianos no terminan nunca su partida de dominó.

Ahora que de nuevo nos envuelve el Invierno
pienso que debe estar lloviendo en la Frontera.
sobre los castillos de madera,
sobre los perros encadenados,
sobre los últimos trenes al ramal.
Y vivo de nuevo
junto a Pan de Knunt Hamsun lleno de fría luz nórdica y exactos gritos de aves acuáticas,
veo a Block errando por San Peterburgo contemplado por el jinete de Bronce
y saludo a Sharp, a Dampier y a Ringrose jugándose en Juan Fernández el botín robado en la Serena.

Me han llegado poemas de amigos de provincia
hablando de una gaviota muerta sobre el techo de la casa
del rincón más oscuro de una estrella lejana
de navíos roncos de mojarse los dedos.

Y pienso frente a una chimenea que no encenderé
en largas conversaciones junto a las cocinas económicas
y en los hermanos despojados de sus casas y dispersos por todo el mundo huyendo de los Ogros
esos hermanos que han llegado a ser mis hermanos
y ahora espero para encender el fuego.


De Cartas para reinas de otras primaveras, 1985.


TÚ QUE DE LA NADA SABES MÁS QUE LOS MUERTOS


"Tú que de la nada sabes más que los muertos"
Tú que temblabas sobre el papel en blanco
Acuérdate de mí que ya no llevo archivos.

Acuérdate de mí que ya no llevo archivos
Ni me conmueven estas líneas que escribo
Ni el vuelo de las golondrinas cada vez más oscuro
Y que no cambiaría por un oro invencible.

Tú que tiemblas sobre el papel en blanco
Acuérdate de mí que escribo cuando me da la gana
Y que no he renegado de una sola palabra
Y no espero oír el canto de los Tripulantes.

He encontrado la nada en unos brazos desnudos
He encontrado la nada en el llanto de un recién nacido
He encontrado la nada en flippers y museos
"Tú que de la nada sabes más que los muertos"


De El molino y la higuera, 1993

HERMANA

Vivo en la apariencia de un mundo
Tú no sabes ni puedes saberlo
Tú no puedes conocer a mi hermana.
Yo mismo apenas la conozco
Porque murió antes de que yo naciera
Y esa llaga adelantó mi llegada.
Por eso crecí antes de lo debido
Y la primavera es una rápida hojarasca
Y el verano un congelado reloj de arena
Ya sólo puedo yacer en el lecho de mi hermana muerta.
El vacío de mi hermana me sigue cada día.
Cuando yo muera habré muerto antes de su muerte

De Cartas para reinas de otras primaveras, 1985


DÍAS DE OCIO EN LA CIUDAD QUE FUE

Nadie me entiende sino el Gato Pedro
Le daré una botas para que llegue a la Ciudad que Fue
Y deje de dormir frente a la chimenea que en el Molino encienden en pleno verano
En el Sur Profundo tendrá que cazar ratones
Y vivir con colores propios
Mientras yo voy al cementerio
Del brazo de la hija del capitán del Puerto
Donde hace cuarenta años que no pasa ninguna nave
El tontito del pueblo me pregunta si yo soy poeta
Y yo le recito "Asteroides" de Pedro Antonio González
Todos creen que yo lo escribí
Y firmo autógrafos para los hijos de los parroquianos
Ya no hay barcos
Ya no hay trenes
Los diarios de la Capital llegan al día siguiente de su aparición
Le regalé al Cura Párroco
"La Mente Drogada. Cómo Librarse de las Dependencias"
De los doctores Hudgson y Miller
Mientras un niño echa anilina a la pila del agua bendita
Que Nuestro Señor me libre del trabajo
Sólo quiero que se abran para mí las puertas de marfil del ocio
Y yo quiero que esto no sea un poema
Sino una página en blanco.



De En el mudo corazón del bosque, 1997

Jorge Teillier

(1935-1996)

domingo, 1 de julio de 2007

EL PADRE Y LA PIEDRA EN EL ZAPATO

(Foto Otto Plath)



Daddy
Ya no me quedas no me calzas más
zapato negro, nunca más.
Allí dentro vivía como un pie
durante treintaitantos años, pobre y blanca,
sin atreverme a respirar ni decir achú.
Papacito he tenido que liquidarte.
Estabas muerto antes de que hubiese tenido tiempo
Pesado como mármol, talega llena de Dios,
estatua lúgubre una sola pezuña parda
Grande como un sello de San Francisco.
Una sola cabeza sobre el caprichoso Atlántico
Donde derrama granos verdes sobre el azul
Aguas afuera de la hermosa Nauset.
Me acostumbré a rezar para que volvieras.
Ach, du.
En la lengua alemana, en el pueblo polaco,
Raídos, nivelados por la aplanadora
De las guerras, las guerras, las guerras.
Pero el nombre del pueblo no es extraño.
Dice mi amigo el polaco.
Que hay más de una docena
De modo que no puedo acertar dónde
Tú pusiste la planta, tu raíz,
Yo nunca pude hablarte
Se me pegaba la lengua al paladar.
Se trabó en una trampa alambrada de púas
Ich, ich, yo, yo.
Apenas si podía hablar,
Creía que todo alemán eras tú
Y el obsceno lenguaje
Una máquina, era una máquina
Insultándome como a una judía.
Otro judío a Dachau, Auschwitz, Belsen.
Como judía empecé a hablar
Y pienso que muy bien judía puedo ser.
Las nieves del Tirol, la cerveza de Viena
No son tan puras ni tan auténticas.
Con mi linaje gitano y mi extraña suerte
Y mi mazo de Tarot, mis cartas de Tarot
Muy bien puedo ser algo judía.
Siempre te he tenido a ti
Con tu Luftwaffe, con tu glugluglú,
Y tu recortado bigote
Y tu ojo ario, azul celeste.
Hombre-panzer. Oh, tú...
No Dios, sino una esvástica
Tan negra que ningún cielo podría cernirse.
Toda mujer adora a un fascista,
la bota en la cara, el brutal
brutal corazón de una bestia como tú.
De pie estás en la pizarra, papi,
En la fotografía que tengo de ti,
Una hendidura en la barbilla
En vez de en tu pie.
Pero no menos demonio por eso, no,
No menos que el hombre de negro.
Qué puso freno a mi lindo y rojo corazón
Tenía diez años cuando te enterraron.
A los veinte intenté morir
Y regresé, regresé a ti
Pensé que hasta mis huesos volverían también.
Pero me sacaron de la talega
Y me reconstruyeron con goma.
Y entonces supe qué hacer.
Hice un modelo de ti.
Un hombre de negro con aire de Meinkampf.
Amante del tormento y la deformación
Yo dije sí, sí quiero.
Así, papito, he terminado al fin.
El teléfono se arrancó de raíz,
Las voces ya no pueden carcomerme más.
He matado a un hombre, he matado a dos
Al vampiro que dijo ser tú
Y bebió de mi sangre todo un año,
Siete años si quieres enterarte,
Papito, puedes descansar en paz ahora.
Hay una estaca en tu negro, burdo corazón,
A los aldeanos nunca les gustaste.
Están bailando y zapateando sobre ti,
siempre supieron que eras tú
Papito, papito: escúchame bastardo, acabada estoy.


Sylvia Plath

sábado, 30 de junio de 2007

" Y ES MENESTER PREGUNTAR AL CIELO"

(Foto gentileza Miriam Bercovich)





Oh vosotras, voces del destino, oh caminos del viajero
pues en el azul, escuela [de los ojos]
de lejos, en el tumulto del cielo
resuena como el canto del mirlo
la [segura] serena disposición de las nubes bien
dispuesta por la existencia de Dios, la tormenta.
Y llamadas, como mirar afuera, hacia
la inmortalidad y los héroes;
muchas son recuerdos. Donde allá arriba
resonando, como piel de ternera
la tierra, desde asolaciones, tentaciones de los santos
pues inicialmente se ha configurado la obra
sigue grandes leyes, la ciencia
y la ternura y el cielo ancho, claro velo en seguida
apareciendo cantan nubes de cánticos.
Pues firme es el ombligo
de la tierra. Captadas en efecto en orillas de hierba están
las llamas y los universales
elementos. Pura meditación sin embargo arriba vive el éter. Pero plateada
en días puros
es la luz. Como signo del amor
violeta la tierra.
[Pero como el cortejo
a la boda,]
a lo escaso también puede llegar
un gran comienzo.
Pero todos los días maravillosamente por amor a los hombres
Dios lleva una vestidura.
Y a los conocimientos se oculta su rostro
y cubre los párpados con arte.
Y aire y tiempo cubren
lo espantable, para que ni uno demasiado
lo ame con oraciones o
el alma. Pues hace mucho ya que está abierta
como hojas, para aprender, o líneas y ángulos
la Naturaleza
más amarillos los soles y las lunas,
pero a veces
cuando quiere surgir la vieja formación
de la tierra, esto es, en historias,
convertida, animosamente combatiendo, como a cimas lleva
Dios la tierra. Pasos desmesurados
sin embargo limita él, pero como floraciones de oro se reúnen
las fuerzas del alma, entonces, las afinidades del alma
para que mejor en la tierra
habite la belleza y algún espíritu
con más comunidad se una a los hombres.

*

Dulce es, entonces, bajo altas sombras de árboles
y colinas habitar, soleados, donde está
pavimentado el camino a la iglesia.
Pero a los viajeros, a quienes
por amor a la vida, midiendo, sin embargo,
obedecen los pies, florecen
más bellos los caminos, donde la tierra

*


Reposo pleno. Rojo de oro. Y la nervadura resuena
del arenoso globo terráqueo en la obra de Dios
arquitectura explícita, verde noche
y espíritu, la ordenación de las columnas, realmente
según la total pertenencia, junto con el centro,
y brillantes

*

pues en el azul, escuela [de los ojos]
de lejos, en el tumulto del cielo
resuena como el canto del mirlo
la [segura] serena disposición de las nubes bien
dispuesta por la existencia de Dios, la tormenta.

*

... Donde allá arriba
resonando, como piel de ternera
la tierra, ...

*
Como el pellejo del tambor golpeado repercute tronando a su modo con los golpes
de los palillos, así ante los golpes del rayo y de las «flechas de la lluvia»,

*

Siempre, ¡ amada! va
la tierra y sostiene el cielo.

*
¿A dónde va la tierra y por qué caminos?

*
... Donde allá arriba
resonando, como piel de ternera
la tierra, ...
... sigue grandes leyes, la ciencia
y la ternura ...

*
Pero cuando los celestiales han
edificado, está en paz
en la tierra, y bien conformadas se yerguen
las montañas alcanzadas.


No de hoy, pues, y de ayer, sino durante siempre y siempre
se levanta (la indicación) y nadie ha mirado
allá de donde llegó a aparecer a la luz.

*

Celeste amor! ¡ Tierno! ¡ si de ti
me olvidara, si, oh vosotras, conformes al destino,
oh fogosas, que estáis llenas de ceniza y
baldías y solitarias además ya,
oh vosotras, queridas islas, ojos del mundo de las maravillas!
Pues de vosotras me importa ahora solamente ...

*

... y el cielo, en lo ancho, claro velo, después
apareciendo cantan nubes de cánticos.

*
Y llamadas, como mirar afuera, hacia
la inmortalidad y los héroes ...

*

Pues demasiado agradecidos los santos han
servido allí en días de belleza y
los irascibles héroes

Cuanto más es uno
invisible, se destina a lo extraño.

*
Y es menester
preguntar al cielo

*

Pero todos los días maravillosamente por amor a los hombres
Dios lleva una vestidura.
Y a los conocimientos se oculta su, rostro
y cubre los párpados con arte.

*

ahuecado desde lo hondo
edificado de arriba abajo.

*

Pues hace ya mucho obran
las nubes hacia abajo
y echa raíz, preparando mucho, santa selva.
Ardiente es la riqueza. Pues falta
el cántico, que desata el espíritu.
Consumiría
y estaría contra sí mismo,
pues nunca consiente
la cautividad del fuego celeste.

*

... Pura meditación, empero, vive arriba el éter.
Pero plateada
en días puros
es la luz. Como signo del amor
violeta la tierra.

*

Pero cuando se ha encendido
el día ocupado
y pura la luz y ebrios
los celestiales están
de lo verdadero, de modo que cada cosa
sea como es,

*

Qué es la vida de los hombres una imagen de la divinidad.
Como bajo el cielo vagan los terrestres todos, ven
a éste. Pero leyendo casi como
en una escritura, imitan la infinitud y 1a riqueza los hombres. ¿Es pues rico
el sencillo cielo? Como flores son, en efecto,
las nubes plateadas. Pero de ellas llueve
el rocío y la humedad. Pero cuando
se extingue el azul, lo sencillo, parece
lo mate, semejante a la piedra de mármol, como mineral,
indicación de la riqueza.

*

Pero ahora florece
en pobre lugar.
Y maravillosamente grande quiere
Erguirse


*
... Pues hace mucho ya que está abierta
como hojas, para aprender, o líneas y ángulos
la Naturaleza
y más amarillos los soles y las lunas,
pero a veces
cuando quiere surgir la vieja formación
de la tierra, esto es, en historias,
convertida, animosamente combatiendo, como a cimas lleva
Dios la tierra. Pasos desmesurados
sin embargo limita él, pero como floraciones de oro se reúnen
las fuerzas del alma, entonces, las afinidades del alma,
para que mejor en la tierra
habite la belleza y algún espíritu con más comunidad se una a los hombres.

*
Pero es difícil
en lo grande conservar lo grande.


Friedrich Hölderlin
(Fragmentos extraídos de Hölderlin El Cielo y la Tierra de M. Heidegger)