Tiresias era un adivino que aparecía en todos los episodios mitológicos relacionados con Tebas, desde la época de Cadmo hasta la expedición de los Epígonos: fue él quien aconsejó que se entregara el trono de la ciudad al vencedor de la adivinanza de la Esfinge y, más tarde, sus revelaciones conducirán a Edipo a descubrir el misterio que rodeaba su nacimiento y sus involuntarios crímenes. Tiresias también aparece en La Odisea (Canto XI): Ulises irá a consultarle al Hades para averiguar cómo encontrar el camino a Ítaca.
Tiresias era ciego desde joven. Hay varias versiones del mito que explican su ceguera.
El baño de Atenea
Según la versión de Perecidas de Atenas que se encontraba en la Biblioteca de Apolodoro, Tiresias, adolescente, sorprendió a Atenea bañándose desnuda en la fuente Hipocrene en el Monte Helicón. La diosa, de una castidad absoluta, consideró esta indiscreción de Tiresias como un atentado contra su pudor y «Atenea le puso entonces las manos sobre los ojos y lo dejó ciego» (Apolodoro III, 6, 7).
Como la ninfa Cariclo, madre de Tiresias, formaba parte del cortejo divino, le suplicó a Atenea que le devolviera la vista a su hijo. La diosa, puesto que no tenía el poder para deshacer el acto, le concedió otro don: «Ella le purificó las orejas, y esto le permitía comprender perfectamente el lenguaje de los pájaros; después ella le dio un bastón de cornejo, gracias al que caminaba como las gentes que veían» (Apolodoro III, 6, 7). Atenea le concedió igualmente una vida más larga que la del común de los mortales y el poder de guardar sus dones en los Infiernos.
Esta misma versión está igualmente presente en la obra de Calímaco (Himno V, Para el baño de Palas, 120-130) y en la de Nono de Panópolis (Las Dionisiacas, V, 337).
Metamorfosis de Ovidio
Mientras Tiresias paseaba por el bosque en el Monte Cilene en el Peloponeso, encuentra a dos serpientes que estaban apareándose y las separa con un golpe de su bastón. Hera, disgustada, de inmediato lo transforma en mujer. Tiresias permanece con esta apariencia durante siete años y se convierte en sacerdotisa de Hera. Se casa y tiene una hija, Manto, que también heredará el don de la profecía. (Según otras versiones Tiresias mujer fue una prostituta de gran renombre). El octavo año, Tiresias-mujer vuelve a ver de nuevo a las mismas serpientes aparearse. Según unas versiones las dejó tranquilas, según otras (Higinio), las volvió a pisotear. Como premio a su comportamiento, Hera le levantó el castigo y le devolvió su masculinidad. Ovidio dice: :«Si cuando se os castigo, le dice, vuestro poder es tan grande para cambiar la naturaleza de vuestro enemigo, voy a cambiaros una segunda vez». (Las Metamorfosis, III, 316-338).
En un episodio separado, sigue la narración. En una discusión en el Olimpo, Zeus pretendía que en el acto sexual la mujer sentía más placer que el hombre y su esposa Hera pretendía lo contrario. Los dioses decidieron pedir el consejo de Tiresias, que tenia la experiencia de ambos sexos. Tiresias se pone de parte de Zeus, y declara: "De diez partes un hombre solamente goza de una". Y Hera inmediatamente lo volvió ciego por su impiedad. «... ofendida que no es conveniente para un sujeto ser tan ligero, y condena los ojos de su juzgado a las tinieblas eternas» (Las Metamofosis, III, 316-338). Zeus no podía ir en contra de la decisión de Hera, pero, para compensar su ceguera, le ofrece el don de la adivinación y una larga vida de siete generaciones humanas.
En la Biblioteca Mitológica (Pseudo-Apolodoro), según Hesiodo, se incluía un relato parecido.
El significado esencial de la figura de Tiresias reside en su papel de mediador: gracias a sus dotes proféticas, media entre los dioses y los hombres; por su condición andrógina, lo hace entre hombres y mujeres; y por la excepcional duración de su vida, entre los vivos y los muertos.
Texto tomado de la pagina de Ana Vazquez Hoys- Antigüedad/Tiresias